UATRE intentó coimear y atacar a los trabajadores de Nuestra Huella S.A.


En el 2009 un delegado de UATRE Pilar, José Luis Cáceres, intentó coimear al trabajador, Oscar Taboada, que denunció trabajo infantil y esclavo en la empresa avicola Nuestra Huella S.A. El coimero fue grabado. Tras hacerse la denuncia Cáceres, quien estuvo con detención domiciliaria por pirata del asfalto, fue ascendido en la estructura del gremio UATRE que conduce el reciente detenido Gerónimo «Momo» Venegas.

En el 2010 UATRE en cambio optó por la violencia. Organizó una patota de cien hombres todos pago hasta la puerta de la sede del ministerio de trabajo en Pilar. Allí amenzaron de muerte al trabajador Agustín Navarro Farias quien fuera echado de Nuestra Huella S.A. por activismo sindical de base. Ese día se realizaó una audiencia de conciliación tras el bloqueo de la Alameda y el MTE a los molinos de la empresa esclavista y explotadora de niños Nuestra Huella S.A. propiedad de Leticia Esther Luaces, Luz Luaces y Alejandra López Camelo. Esta última es la cuñada del secretario general de UATRE Pilar, Jorge Herrera.

5 de enero de 2009
Extorsión en la granja

El gremialista le habría ofrecido dinero al trabajador que denunció la explotación de niños y trabajo insalubre en una granja. El aporte lo hacía la empresa y era para que retire la denuncia judicial.

Por Emilio Ruchansky

Oscar Taboada, con uno de sus siete hijos. Primero lo quisieron sobornar y luego lo echaron.
Oscar Taboada está virtualmente atrapado en su casa y si lograra escaparse no tendría a donde ir. “Me acaban de despedir”, explica a Página/12, “pero mi mujer todavía sigue trabajando y acabamos de tener una bebé. No puedo irme porque por un amparo judicial tengo que seguir viviendo en esta granja. Mis abogados me piden que espere, yo no sé qué hacer”. El año pasado Taboada se animó a denunciar dos veces la explotación que sufrían él, los suyos y otras familias que trabajan de sol a sol en las granjas avícolas Nuestra Huella SA, en la localidad de Exaltación de la Cruz. Las condiciones laborales mejoraron después de su reclamo pero él y su familia quedaron marcados. Ahora asegura que antes del despido la presidenta de la empresa intentó sobornarlo a través de un dirigente del sindicato de peones rurales (Uatre), que le habló en nombre de “los intereses del trabajador”. Le ofrecieron dinero para que retire su denuncia. El grabó la conversación y presentó, junto con la prueba, una denuncia por extorsión ante la Justicia federal.
Taboada es oriundo de Potosí y tiene siete hijos. Asesorado por sus abogados, grabó ocho conversaciones telefónicas que tuvo con un hombre que se presentó como José Luis. Acercó las cintas a la Justicia y ahora espera que se hagan los peritajes del audio. Lo hizo con el apoyo de la Cooperativa La Alameda, una organización que trabaja en la denuncia de casos de trabajo esclavo. El mismo equipo lo asistió en agosto último, cuando filmó las instalaciones de la granja y registró cómo una decena de niños de 2 a 13 años, eran obligados a trabajar en condiciones sanitarias peligrosas, un caso que publicó en ese momento Página/12.
Taboada denunció a los directores y accionistas de Nuestra Huella por “reducción a la servidumbre”, “trabajo infantil” y “fraude al fisco”; también pidió investigar la muerte de dos compañeras, una posiblemente intoxicada por agroquímicos y pesticidas, la otra por ausencia de atención médica durante el embarazo.
Su primera denuncia, en abril de 2008, derivó en un allanamiento y una multa de más de 600 mil pesos ordenada por la Subsecretaría de Trabajo bonaerense, que la empresa nunca pagó. Después del escándalo, Taboada conservó su trabajo gracias a una orden judicial pero “le hicieron la vida imposible”, según denunció Gustavo Vera, titular de La Alameda, a Página/12.
Finalmente, según relata el trabajador, la empresa quiso comprar su silencio. Según denunció, lo llamó un sindicalista del gremio que nuclea a los trabajadores rurales para ofrecerle dinero a cambio de modificar su declaración. En su presentación identificó al hombre como José Luis Cáceres, un dirigente de la Uatre local, cercano al titular de la filial Pilar, Jorge Herrera.
El sindicato, desde el principio, no había respaldado la denuncia del trabajador contra la empresa. El propio Herrera había asegurado en su momento que la escena de la cámara oculta donde se ven a los niños levantando los huevos en corrales diseñados para su altura “fue armada por los denunciantes con fines espurios”. Para Herrera y los suyos, “todos los trabajadores relevados están encuadrados dentro de la Seguridad Social”. Hasta se lamentó del “daño irreparable” que se había cometido contra los dueños de Nuestra Huella al difamarlos. Y tras la primera inspección llegó a contradecir al subsecretario de Trabajo bonaerense, Oscar Cuartagno, quien había constatado las “condiciones de explotación y la falta de seguridad e higiene” en las granjas inspeccionadas.
Según relató Taboada, la oferta del soborno se produjo en octubre, dos meses después de aquella cámara oculta. Cáceres apareció por La Mimosa III con una oferta de dinero de parte de la dueña de la empresa, María Luz Suaces. Debía retirar la denuncia. El hombre consultó con sus abogados.
“Y los abogados decidieron arriesgarse a grabar las charlas, estábamos seguros que iban a subestimarlo, que pensaban que Taboada no los iba a volver a denunciar”, admitió Vera, de La Alameda. En esas grabaciones, que presentó a la Justicia –y a las que accedió Página/12– Taboada le pide a José Luis que agilice la negociación porque Eli, su mujer, está por dar a luz y no quieren vivir más allí. “Quedate tranquilo que yo estoy para defenderte a vos”, responde el supuesto sindicalista. Los siguientes fragmentos pertenecen a los 8 llamados que se registraron entre ambos, entre octubre y noviembre del año pasado:
Taboada: –Eli necesita la credencial de la obra social. Hace un año que no le llega la credencial. Va a tener un nene estos días.
José Luis: –No te preocupes que, tengas la credencial o no, te van a atender igual.
T: –Y sobre lo que me charlaste lo anterior… Marilú (María Luz Suaces, la presidenta de la empresa), que quería arreglar, que quería reunirse conmigo. ¿Sigue en pie la oferta que me hiciste vos de parte de Marilú?
JL: –Sí, yo te hago todo lo posible Oscar, vos quedate tranquilo. Yo te dije bien clarito, hermano: si hay una guita que hay que llevar que te la lleves vos, viste.
T: –¿Cuánto es?
JL: –No tengo idea. Vos poné algún número y yo hablo con la dueña y agarramos y hacemos las cosas como corresponde.
– – –
Taboada: –Voy a renunciar, irme, no quiero que mi bebé nazca allá. Encima sabés las moscas que hay allá ahora. Es imposible. Yo quería de una vez solucionar eso.
José Luis: –¿Cuánto pretendés vos Oscar?
T: –Y, unos 40 mil más o menos. Con Eli más. 50 mil. Y yo los abogados los dejo, yo no quiero saber más nada.
JL: –Ta, dejame que yo hable con la empresa y en un rato yo te llamo. Oscar, confío en vos y espero que esta conversación que tenemos los dos no sea divulgada.
T: –Si hay que firmar, lo hago. Llamame a este número que sale en tu celular. Me hice unos análisis y salieron positivos sobre los agroquímicos, de eso yo no quiero saber nada. ¿Eso también va a incluir?
JL: –Dejame que yo hable con esta chica y vemos qué podemos hacer. ¿Dónde estás ahora?
T: –En Pilar, me voy para mi casa, para la granja.
JL: –Bueno, mirá. Cuanto mucho hacemos una reunión media secreta y vos te venís para acá, para el sindicato, y vemos como arreglar esto. Yo te vuelvo a repetir, si hay más guita en el medio yo quiero que te la llevés vos, hermano. Porque yo sé bien que vos de toda la plata que tengas que cobrar (del juicio), bien o mal, vos vas a agarrar menos de la mitad.
– – –
JL: –¿Oscar?
T: –Sí, ¿quién habla?
JL: –José Luis. Che, querés que vayamos a la empresa, que los cite ahí.
T: –Si vos querés, vamos. Yo no tengo problemas, confío en vos.
JL: –Mira, quedate tranquilo. Es como te dije el otro día, yo estoy a favor del trabajador. Ya te dije, si hay un mango de por medio, quiero que te lo llevés vos. Seguramente la empresa te va a pedir, en primer lugar, que le saqués el poder a tu abogado, eso es fácil. Firmas otro poder con otro abogado. Si te llama tu abogado vos no le digas que vamos a la empresa.
T: –No, claro. Ellos me dicen “espera, espera” y yo no quiero más esperar.
JL: –Noo, vas a esperar 10 años y no te van a dar un peso. Dejame con la empresa y te vuelvo a llamar. ¿Confío en vos Oscar?
T: –Sí.
JL: –Yo confío en vos, vos confiá en mí, que yo te voy a pagar, hermano.
– – –
José Luis: –Vos tendrías que hacer otro poder para que te represente un abogado del sindicato. ¿No tenés problemas con eso?
Taboada: –No, yo me quiero ir. Ellos no hacen nada. Yo quiero irme de la granja.
JL: –Bueno, dejame que yo hable con un contacto mío y arreglamos las cosas como corresponde (inaudible). Te van a pagar todo junto.
T: –¿Cuánto es más o menos, te dijo la empresa entonces?
JL: –No me dijeron la cifra. Vos me dijiste 30 mil pesos.
T: –No. Yo te dije 40 mil, 50 mil pesos.
JL: –Eso se negocia Oscar. Vos quedate tranquilo que yo estoy para defenderte a vos.
T: –¿Y vos vas a cobrar algo de eso?
JL: –Nada, yo no me quedo ni con diez centavos.
T: –Y su abogado, el de su sindicato, ¿va a cobrarme algo? Un porcentaje.
JL: –No señor, no creo.
José Luis Cáceres sería el mismo que, en abril del año pasado, participó de una inspección realizada tras la primera denuncia hecha por Taboada y su mujer. Recorrió las instalaciones compartiendo la indignación del jefe de la misión diplomática boliviana, Sixto Valdez Cueto y el fiscal de Zárate-Campana Juan José Maraggi. Después exigiría, entre otras cosas, que “en el día” el Ministerio de Trabajo “blanquee” a los “trabajadores en negro”.
Finalmente, la empresa decidió cesantear a Taboada hace poco más de un mes. El motivo, según contó Rodolfo García, uno de sus abogados, era el supuesto “ausentismo reiterado” del trabajador. “Pero en verdad estaba enfermo y no le dieron los días para ir al médico”, precisó el abogado. “Quiero que me paguen las horas extra, las vacaciones que nunca tuve, todo. Y lo mismo a mi mujer”, pide y sigue: “Igual nadie me devuelve la vida. La vida del bebé que perdió mi mujer mientras trabajaba acá”.

Trabajaban niños desde los 5 años
“Uno solito no puede recoger los huevos. Por eso tienen que trabajar las esposas y los niños”, explicaba uno de los trabajadores a los inspectores que en abril de 2008 recorrieron una de las granjas de Nuestra Huella S.A. en Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires. El hombre se refería al sistema de pago, que dependía de que cada día recolecten unos 14 mil huevos y hagan tratamiento al excremento de las gallinas. La denuncia quedó radicada ante la jueza de Garantías Nº 2 de San Isidro, Graciela Sione.
El fiscal Juan José Maraggi encabezó aquel allanamiento, en el que descubrió a 30 personas, entre ellas 20 niños, “en situación de servidumbre y bajo condiciones insalubres” en la granja Mimosa III. La proveedora de huevos, informó el fiscal, “electrificaba el perímetro por la noche” para que nadie saliera ni entrara. En cada galpón trabajaba “de 7 a 21 todo un grupo familiar, incluso niños de cinco a diez años” y cada familia cobraba 800 pesos. Por entonces, el fiscal enumeró delitos como “reducción a la servidumbre”, “privación ilegal de la libertad” e “irregularidades al respecto de la documentación de los empleados”.
El 10 de agosto, cuando se celebraba el Día del Niño, Página/12 acompañó a los integrantes de La Alameda a recorrer “La Fernández”, otra de las granjas de Nuestra Huella. Allí se detectó la presencia de niños trabajando. Se presentó una nueva denuncia pero el fiscal Maraggi se declaró incompetente y envió el expediente.

UATRE: Cómplice del trabajo infantil en Nuestra Huella
8 01 2009
El miércoles 7 de enero los directivos de UATRE convocaron en su sede a una conferencia de prensa. Fue para desmentir que su delegado en zona norte, José Luis Cáceres, haya intentado sobornar a un trabajador con plata de la empresa a cambio de que se desvincule de sus abogados de la Alameda y retire la denuncia penal como lo reveló Página 12 el lunes pasado.
Desafiando el sentido común y con un caradurismo a toda prueba, el secretario gremial de la entidad, Ernesto Ayala y el mismísimo coimero, José Luis Cáceres, vertieron argumentos ante los periodistas que en lugar de aclarar, oscurecen el papel de UATRE en la zona.
En su comunicado de prensa firmado por Ayala, UATRE sostiene que en abril tomó conocimiento de las “irregularidades laborales” eufemismo que esconde la esclavitud de familias enteras, que incluye a menores de 3 años trabajando constantemente con pesticidas y el desperdicio fecal de miles de gallinas. Sin embargo, sostienen que desde los operativos judiciales llevados adelante ese mes, la situación de la empresa se habría “regularizado completamente”.
El día del niño, miembros de la Alameda y del MTE, junto a periodistas de diversos medios, ingresaron a varias granjas de la empresa disfrazados de Boy Scout y registraron imágenes escalofriantes que recorrieron el mundo. Niños de 2 a 13 años trabajando de sol a sol entre los excrementos de gallina y en condiciones absolutamente indignantes.
Ante semejante evidencia, el secretario general de UATRE en zona norte dijo que las filmaciones estaban “armadas” y que los niños solo estaban “jugando”.
Sin embargo, 14 días después se realizaron inspecciones conjuntas en Zarate por parte del Ministerio de Asuntos Agrarios y Producción, que conducía Débora Giorgi, junto con la Subsecretaría de Asuntos Agrarios y el Ministerio de Trabajo. En la página de ese Ministerio se da cuenta que “El operativo conjunto de inspección derivó en la clausura preventiva de dos granjas avícolas ubicadas en la localidad de Lima, (pertenecientes a la firma Nuestra Huella SA: Las granjas Lima II y Lima) luego de comprobarse que no contaban con la correspondiente habilitación en el Registro Provincial Avícola (Res.81/2000).Al respecto, el Subsecretario de Asuntos Agrarios, Fernando Vilella señaló que esta norma “establece las condiciones sanitarias, higiénicas y de seguridad mínimas para la producción y/o explotación comercial de aves de corral y/o sus subproductos en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires”.
El 9 de setiembre el diario Critica informa que “El Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires castigará con multas de 634 mil pesos a Nuestra Huella S.A., uno de los principales exportadores avícolas del país, y la empresa que fue filmada por integrantes de la cooperativa La Alameda empleando a niños de 2, 3, 6, 11 y 13 años en sus granjas.
Según anticipó el subsecretario de Trabajo, Gastón Guarracino, las multas “podrían llegar al millón de pesos”, pero admitió que “se trata de un caso inédito”, porque “nunca habíamos contabilizado 30 granjas en manos de la misma firma y con estas condiciones de explotación”, dijo el funcionario, quien no descartó que las multas se incrementen, ya que sólo se está castigando a la empresa por nueve de las 30 actuaciones que hay en el ministerio”.
UATRE desmiente lo que la Alameda con varios periodistas filmaron y lo que luego corroboró el Ministerio de Asuntos Agrarios y el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.
En el tercer punto de su comunicado, UATRE justifica las bochornosas comunicaciones telefónicas de Cáceres con Taboada donde le ofrecía 40 mil pesos a cambio de que se desvincule de los abogados de la Alameda y retire la denuncia penal con el curioso argumento de que en realidad “Caceres se comunicó con los titulares de la empresa , gestionando la posibilidad de obtener el pago de una indemnización legal”. Lo que no explica el comunicado es porque la condición para cobrar una indemnización legal, era retirar una denuncia penal por reducción a la servidumbre, trabajo infantil y fraude al fisco.
Ayala y Cáceres sostuvieron en la Conferencia de Prensa que radicaran una denuncia “para que se investigue la llamada”, luego de que reconocieran que Cáceres estaba gestionando dinero para Cáceres para supuestamente darle una “indemnización legal”. La Alameda ya ha hecho esa denuncia y esperamos que esas conversaciones sean peritadas por la justicia para que quedé al desnudo el carácter patronal y coimero de la dirección de UATRE en zona norte.
Como frutilla el postre, varios periodistas que participaron en la conferencia señalaron que fueron filmados y fotografiados por miembros de UATRE mientras preguntaban en una clara actitud intimidatoria. Además, off de record , los directivos de UATRE manifestaron terminada la conferencia que todas las denuncias eran una operación de Pagina 12 y el gobierno para perjudicar a UATRE “por su apoyo al paro del campo”. Nada más absurdo. Las terribles condiciones que registran las granjas esclavas de nuestra huella no sólo fueron denunciadas como primicia por Página 12 que fue testigo presencial de las mismas, también lo hicieron al mismo tiempo Critica Digital, entre otros medios. A su vez, las grabaciones telefónicas fueron presenciadas por periodistas de la Web Pilar.
Se suponía que la dirección nacional de UATRE tomaría medidas disciplinarias con el dirigente coimero y propatronal de Cáceres. En lugar de ello, salió a defenderlo. Tal como dice el refrán, dime con quien andas y te diré quien eres.